– Se hace cada vez más inevitable, detener la carrera, ahora en la fase de aceleración de los acontecimientos apocalípticos que inexorablemente y diariamente tocan de cerca nuestro planeta…
Varias veces Eugenio haciéndose intérprete de una metodología clara y evidente. NO DE ESTE MUNDO, advirtió con extrema precisión, qué causas y otros tantos efectos, habrían provocado represalias sobre la vida en todos los aspectos que afectan al planeta en el que vivimos….
– Leamos:
¿HABEIS LEÍDO LAS DECISIONES DE AQUEL QUE SE HA ARREPENTIDO DE HABER CREADO AL HOMBRE?
¿Habéis comprendido Su Divina desilusión por no haber recibido los valores requeridos para evitar la condena de muerte y destrucción de esta malvada humanidad? Lo que está sucediendo en este momento es el comienzo de la condena pronunciada y transmitida con clara voluntad.
¡Los hechos de hoy son evidentes para quien conoce la verdadera naturaleza cósmica del Creador Adonai!
Os había invitado a leer su sentencia. ¿Lo habéis hecho? ¡Si no la habéis leído, leedla! ¡Es una invitación mía querida por la sagrada verdad del Creador Cósmico Adonai!
Eugenio Siragusa,
Nicolosi. 16 octubre 2002
– Eugenio anuncia una vez más el Libro del Apocalipsis…!
¡El apocalipsis ha comenzado!
¡Lo que fue escrito por el Apóstol Juan se está haciendo realidad! El hombre ha perdido su dignidad espiritual y se ve obligado a enfrentar el juicio expresado por el padre Glorioso, tantas veces repetido para que la humanidad pueda arrepentirse. El agua, el aire, la tierra y el fuego limpiarán el planeta Tierra de la degenerada y maldita escoria que esta generación alimenta día tras día. Las oraciones no sirven de nada si falta el arrepentimiento y el sentido real de la justicia divina.
No puedo evitar deciros «adiós» porque he sentido y siento una pena indescriptible por esta humanidad degenerada y contraria a los deseos del altísimo Padre creador generoso.
Os digo «adiós» para no sentir más pena y sufrimiento al ver morir lo que el Sol instruye y crea para dar vida, justicia y amor a quien, de verdad, desea vivir y servir a su prójimo como a sí mismo.
Adiós.
Eugenio Siragusa.
Nicolosi.15 de diciembre de 2001
El testigo. El Discípulo. El mensajero.
El testigo de esta época apocalíptica
y del Padre Glorioso, ambos sedientos de Justicia.
Filippo Bongiovanni
Profundización:
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Signos de los tiempos