La Virgencita de las lágrimas de Siracusa y Eugenio

Me ha siempre complacido por devoción  recordar, el advenimiento de la Virgencita de las lágrimas de Siracusa, que cae por estos días, y la profunda unión que existía entre la Celeste Madre María y Eugenio.
Me perdonarán aquellos que ya la conocen, pero lo ponemos en conocimiento de cuantos no saben y por ende podrán vibrar con esta estupenda historia.

Al margen de la pompa que hace la Iglesia con el Papa y sus Ministros y su hipocresía profunda en lo que respecta propiamente a la Santisima Virgen, y concentrándose sobre la simple historia de este prodigioso evento que tocó y llegó a todo el mundo.
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ENCUENTRO ENTRE LA VIRGEN DE SIRACUSA Y EUGENIO

En recuerdo  de la Virgencita de las Lágrimas de Siracusa, que es propiamente en estos días desde el  29  de agosto al 1º de septiembre de 1953 cae la fecha de su celebración. Deseamos también en esta ocasión deciros, cuanto  Eugenio nos narra sobre la profunda devoción a la Celeste Madre de los Cielos Maria, y  la unión con este prodigioso evento.
E.– ¿Les he contado cuando me reuní con la señora en Plaza Universidad antes de que la Virgen de Siracusa lagrimara?

Yo ya había tenido mi fulguración y un día pasaba por Plaza Universidad en Catania.

Cuando se me acerca y me intercepta una mujer vestida de negro. Era anciana, pero era bella, pero de una belleza, con un rostro luminoso. Se acerca y me dice: “¿Me da una limosna?”
Yo, en un primer momento, quedo perplejo, porque viendo una mujer tan bien vestida no me lo esperaba. Pero ella me mira fijo en los ojos y yo no dudo. Sin embargo, yo tenía cincuenta liras sólo en el bolsillo, 50 liras entonces eran algo.

E.- le digo: “¡Tengo solo 50 liras en el bolsillo!”
Pero mientras metía la mano en el bolsillo para tomar las 50 liras, ella me toma por las espaldas y me gira. Dado que el viento procedía del Domos, ella estaba puesta con sus espaldas contra el viento y así me reparaba de él.

En el viento sabes hay cosas extrañas, de las cosas buenas,de las cosas malas. Del viento hay que cuidarse, porque hay vientos y vientos.

De modo que me gira y se pone ella con las espaldas al viento y me repara, yo este movimiento lo he notado.

Yo le digo:»¿Dónde vives?» porque yo entonces trabajaba en la Aduana, cercana al puerto, y siempre me regalaban cosas, especialmente para comer, cosas que les podían servir. Ella me responde: “Yo vivo en un desnivel en la calle Tal dei Tali”

Luego nos despedimos. Después de un  tiempo yo intento ubicar esa calle para llevarle algo, pero no la encuentro. Me informo mejor y me dicen que en Catania esa calle no existía.

Pasa el tiempo y yo tengo un sueño, y veo a esta mujer que pasaba delante de donde trabajaba, con una carroza de las antiguas arrastrada por seis caballos blancos.

Y ella estaba sobre el carruaje que encabezaba esos caballos blancos. Yo me acordé y la corro, diciéndole: «Señora, pero usted ¿donde me ha dicho que vive?, yo no la encuentro. ¿Como hago?»…

Ella me toma por la mano y me pone en el carruaje. Yo me despierto, porque he tenido un trauma y me desperté.

Al día siguiente viajo a la oficina y veo las camionetas que hacen viajes Catania-Siracusa. En un cierto punto veo un conductor que se para allí para llamar por teléfono y le pregunto: “Dime qué está sucediendo? Pero, ¿qué es todo este tráfico?”

Me responde: «Hay una Virgen que llora en Siracusa, hay multitudes y por lo tanto hacemos los viajes porque pueden haber incidentes. Mire, si quiere, está  la fotografía aquí, y un trozo de algodón humedecido con las lágrimas. Lo he puesto a un enfermo grave de los riñones y se ha curado».

Luego pasa el tiempo y por fin voy a Siracusa, ya habían hecho el templo de la Virgen de las lágrimas.

Y si han estado ustedes en Siracusa, sabrán que el templo está más bajo que el 

nivel de la carretera, como un desnivel, Iba para comprar una cosa que debía regalar y veo la dirección donde se había hecho el templo, lo leo, era el mismo que me había dado la señora, en un  desnivel.

Fui, me inclino ante su marco y me pongo a llorar como un niño y a hablarle, menos mal que el templo en ese momento estaba desierto, porque si había alguien me tomaba por loco en  aquel Estado. Después, esta misma señora se ha aparecido a Adrano.

Pero sabes cómo la amo, es mi madre espiritual y yo la amo tiernísimamente

Siempre ella se me manifiesta en alguna forma, para sepa que está cerca mío y que me rodea con su amor.

Para darte un ejemplo, un día aquí en casa hablaba de ella, porque yo escribo buenas cosas bonitas algunas veces de ella.

Me gusta adularla de amor puro, de amor verdadero.

Era el día de la Inmaculada Concepción y estaba leyendo lo que he escrito sobre ella y aparece un hermano, entrará por la puerta con una hoja enrollada bajo el brazo.

Me da ese cartoncillo enrollado y me dice: «Hola Eugenio, te he traído este regalo. Lamento que no está muy bien logrado, pero es una cosa hecha por mí.»

Yo desenrolló el cartoncillo, yo había leído un mensaje donde hablaba de ella, recién abierta la sangre me se helado en las venas. Era la imagen de la Virgen. Era un modo, a través de este chico para me mandarme un signo de la benevolencia de su amor…

Eugenio Siragusa 12 agosto 1983 

DEL CIELO A LA TIERRA

SI NO RECONOCEIS LA OBRA DE LA SANTISIMA MADRE  MARIA Y DE MIS ÁNGELES, ¿COMO PODRÉIS RECONOCERME CUANDO ME REVELE?

¡HIPÓCRITAS, MALVADOS Y DUROS DE CUELLO!

COMO UN LADRÓN EN LA NOCHE, YO LLEGARÉ DE SORPRESA SACUDIENDO CADA COSA QUE ESTÁ EN EL MUNDO, INCLUIDOS VUESTROS RIÑONES Y VUESTROS CORAZONES. ME APARECERÉ CUANDO NINGUNO ME ESPERE, CUANDO SEÁIS PRESOS DE LAS COSAS MATERIALES, DE LA FORNICACIÓN, DE LA ADORACIÓN A VUESTROS FETICHES, A VUESTROS ÍDOLOS INFERNALES.

ENTONCES, NO HABRÁ PERDÓN PARA AQUELLOS QUE NO SE HAYAN ARREPENTIDO, NI HABRÁ AMOR QUE LOS PONGA A SALVO, SINO LA JUSTICIA DEL PADRE MIO Y VUESTRO. MI MERCED SERÁ DADA A TODOS AQUELLOS QUE HAN PROCURADO GRITAR EN EL DESIERTO, ASÍ COMO EN SU TIEMPO LO HIZO EL BAUTISTA. SERÁN ELLOS MIS COMPAÑEROS DURANTE MI PERMANENCIA TERRENA. SERÁN ELLOS MIS HERMANOS A LOS QUE DONARÉ LA CORONA DEL ESPÍRITU SANTO Y DE LA PREDESTINACIÓN MÁS DESEADA: “EL PARAÍSO”.

A LOS MALHECHORES, A LOS TIRANOS, A LOS DIFAMADORES, A LOS PODEROSOS, A LOS COMERCIANTES DE LA MUERTE Y DE ARTEFACTOS DE DESTRUCCIÓN, A LOS MINISTROS DEL CULTO CIEGOS Y SORDOS: LA MUERTE SEGUNDA SERÁ SU PREMIO.

El amigo del Hombre 28 Abril 1984
Eugenio Siragusa 

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